En el Día Mundial de la Lucha contra el cáncer desde la USO nos vemos obligados a denunciar, por un lado el incremento de casos con origen laboral y por otro el desamparo de las familias españolas ante los recortes en el Sistema Nacional de Salud.
En el año que acabamos de finalizar, 2013, según el Observatorio de las contingencias profesionales de la Seguridad Social, hubo 34 casos de enfermedades profesionales causadas por agentes carcinógenos. Esto supone un aumento del 142,86% con respecto al año anterior, en que se cerraron 14 casos y nos sitúa en niveles similares a 2008, año en el que, con unos niveles de empleo mucho mayores, se produjeron 36 casos.
Es decir, los datos no sólo no mejoran, si no que van a peor. Esta triste noticia debe hacernos reflexionar y sobre todo debe llevar a la administración a tomar medidas para que las empresas no expongan a los trabajadores y trabajadoras a riesgos que pueden llegar incluso a acabar con su vida.
Estos datos sólo son además la punta del iceberg, puesto que, en la mayoría de los casos ni siquiera se llega a reconocer el origen laboral de estos cánceres. Hay estudios que estiman que en España un 83% de las enfermedades profesionales no llegan a reconocerse nunca como tales.
Así entramos en un círculo perverso para la salud de todos y todas, puesto que al no ser reconocido el origen laboral, no se gestiona su prevención en las empresas de forma adecuada. Además, el que asume el tratamiento es el Sistema Nacional de Salud con sus mermados recursos, en lugar de hacerlo las Mutuas como responsables en la gestión y tratamiento de las Contingencias Profesionales. Así, mientras que el Sistema Nacional de Salud hace pagar a los pacientes crónicos por sus medicamentos, y ahorra en pruebas de detección temprana, asume costes que no le corresponden.
Se ha estimado que sólo el tratamiento de los cánceres laborales de pulmón y vejiga supone un coste de 88 millones de euros en España. Este coste, el económico, no es ni mucho menos el más importante tratándose de este drama, pero la administración si debe tenerlo en cuenta y asumir la importancia de la adecuada calificación de contingencias como garantía de eficiencia en el Sistema Sanitario, así como la importancia de la prevenir los riesgos en el entorno laboral, evitando todos los casos que sea posible.
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